Ejercicio físico

la importancia del movimiento para el bienestar integral

El Ejercicio Físico es primordial para recuperar y mantener la salud integral de las personas. Ya que, el sedentarismo es factor de riesgo para la obesidad, resistencia a la insulina, diabetes, enfermedad cardiovascular, entre otros padecimientos. En otras palabras, si las personas no buscan el tiempo para practicar alguna actividad física, tendrán que buscar el tiempo para lidiar con una enfermedad. La práctica de ejercicio físico tiene efectos beneficiosos, tanto endocrinos, como metabólicos y cardiovasculares comprobados.

El Ejercicio Aeróbico contribuye a mejorar el sistema cardiovascular, la nutrición celular, el estado de ánimo, controlar el peso, la glucosa en sangre y a evitar enfermedades crónicas. Ayuda a mejorar la sensibilidad de la célula a la insulina, reduciendo o evitando la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico.

El ejercicio físico recomendado incluye caminar, correr, hacer ciclismo, nadar, etc. Las personas pueden subir escaleras o caminar en un parque, un boulevard, las terrazas de sus edificios y hasta caminar dentro de sus casas. El Ejercicio de Fuerza ayuda a evitar la osteoporosis, daños articulares y acelera la tasa metabólica, lo que promueve la pérdida de peso. Pueden hacer pesas en un gimnasio o barras y paralelas en un parque, ejercitarse en casa con pesas, ligas, etc.

El ejercicio de fuerza, combinado con una alimentación adecuada, es el modo más eficaz para incrementar la masa muscular. La combinación de ejercicio de fuerza y aeróbico con alimentación favorece la pérdida de peso graso.

Por otra parte, el ejercicio físico en general mejora la motilidad intestinal, lo que ayuda a evitar o combatir el estreñimiento. Es importante planificar los cambios requeridos en su alimentación, para adaptarse a la nueva realidad. La cantidad de macro nutrientes, como proteínas, carbohidratos y grasas, es

diferente para una persona que hace ejercicios en relación a una persona sedentaria.

Por ejemplo, los requerimientos proteicos aumentan considerablemente. Si el ejercicio es aeróbico, el consumo de proteínas aumenta 40-50%. Para el ejercicio de fuerza, se incrementa entre un 60 y un 100%.